4 ene 2009

Mensaje de un grano de arena

Hasta el infinito llegaba el cielo, al menos eso parecía , y estrellándose con el suelo en una larga linea de choque sin fin , se dejaba dibujar el contrastado y por partes nuboso horizonte.

El bus recorría la costa a menos de 90 por hora , y por suerte tenía ventanas amplias , o cortinas cortas , y aun encontrarme sentado al pasadizo, podía ver el imponente espectáculo del atardecer norteño en toda su dimensión abrumante : un cielo sorprendido completamente en llamas por la vista humana , con nubes en forma de surcos elípticos , como huellas digitales ciclópeas de algún dios del ocaso. De colores increíbles en tonalidades pastel eran algunas formas difusas , otras como humo de cigarrillo en barrilete, mas amarillas que rosadas , todas flotando justo encima de mi cabeza, formaban una cúpula dorada de fondo azul y amatista, dando la impresión de tener consistencia muy pesada y compacta, como si de interminables hectáreas de algodón amerengado a punto de caer aparatosamente como la valva superior de una ostra se tratara.

Al oeste pintaba discretamente todo el espectáculo una naranja perfecta, que colgaba al parecer suspendida en un espacio sin tiempo por sobre las brumas oscuras que exhalaban un mar silencioso, frió , viejo e imperturbable . Y millones de toneladas de desierto a mis pies -antes ciudades de roca de civilizaciones antiguas- , susurraban con el viento en un desgaste milenario de ires y venires, un mensaje que no olvidaré jamás y llevaré a donde vaya, así sea aquí mismo el lugar a donde me mueva : La vida es inmensaaaaa..... la vida es inmensaaaa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario