Tu mano fría y delicada, de dedos cortos y pálidos, sujetan una minúscula taza de te tibio... -¿sabor a fresa acaso?-, descansa en tu regazo una revista con crucigramas al final, y te envolvía una pequeña frasada color violeta que apenas cubría tus pies; enfundados en coloreadas medias de arcoiris , te mecías al compás de la tarde, al son de alguna cancion de la cual solo tengo el olor y el ritmo; de la vieja mesedora que compramos alguna vez en un mercado de pulgas, y que estoy seguro tiene el alma de una nana consentidora en sus maderas que crujen, mientras los arboles ancianos del parque ; sabios, acompañan el filo de tus ojos perdidos allá en el horizonte, donde el sol apenas perceptible de color naranja agonizante, despide en un callado ultimo suspiro; un cielo que apenas empezaba a estrellarse .
Te vi desde el jardín, y te encontré tan bella, que creí haber nunca haberte visto antes , el aire se llenó de jazmín y tu mirada perdida, de improviso se encontró con la mía. Ahí estabas, sentada esperando por aquel masaje al que te tengo acostumbrada; cada tarde , cada día, cada noche... camino hacia ti esperando tu sonrisa, ¿qué haría sin el? creo te preguntas, al mismo tiempo que me pregunto ¿que haría sin ti?.
Te vi desde el jardín, y te encontré tan bella, que creí haber nunca haberte visto antes , el aire se llenó de jazmín y tu mirada perdida, de improviso se encontró con la mía. Ahí estabas, sentada esperando por aquel masaje al que te tengo acostumbrada; cada tarde , cada día, cada noche... camino hacia ti esperando tu sonrisa, ¿qué haría sin el? creo te preguntas, al mismo tiempo que me pregunto ¿que haría sin ti?.
ricos masajes!
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