Me he puesto tus zapatos otra vez, y después de todo es verdad que no me entiendo, que el camino sigue siendo largo para los peregrinos, y que la noche, si se está andando ; no es tan fría.
Me he comprado los alimentos del camino, las manos están sucias, y la mañana no me esconde de mis malos actos , no redime mi sudor , ni calma esta agua mi sed.
Es probable que la bulla me alcance , y naufrague en tus sentimientos revueltos ; esta fragata débil de mi cuerpo, y entre nubes de tabaco te envuelvo de deseos de amor que en nuestro caso, jamás son a tiempo.
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