25 may 2009

Facundo y Morgana

Facundo tenía los ojos cansados, la rutina y la falta de cariño se mezclaban con el frio de la noche en una mirada perdida y angustiada, el chispazo que antes tenia , se extinguio para dejar solo un hueco sin pulpa en medio de la pupila, y un gesto a nada en la boca que siempre estaba apretada, como queriendo morder algun resquicio olvidado de un beso apasionado.

Morgana vivia en su propio mundo inferior, tomaba del que la rodeaba solo lo mas indispensable: algunas caricias de Facundo una vez al mes y muchos pretextos para ensimismarse y olvidarlo los otros 29 dias, sus sueños carecian de algun sentimiento, debido a un amor fallido que en el pasado la dejo minusvalida de por vida al respecto, reforzando ya sus inclinaciones mas disociales y el mal caracter de solterona, que por culpa de su propia desidia y el afan desmedidamente amoril de Facundo en sus años mozos, terminó sin querer queriendo equivocadamente casada.

Ese invierno para ambos el peso de sus penas era demasiado grande, la costumbre a no decir algo importante los atrapaba, agravando una situacion penosamente llevada tantos años. Ella se la pasaba el dia esquivando los "si" definitivos con algun tema sacado de algun lugar sin sentido, o diciendo simplemente "no" con rotunda calma y su perfil de loca, a cualquier pretension que no se le haya ocurrido primero. El, estupidamente acostumbrado a la idea de compartir su vida sin amor, navegaba entre la esperanza de sentirse querido por breves instantes, o ser miserable confirmando que esas breves alegrias solo eran producto de sus ganas de ser amado; el balance siempre le daba negativo y a pesar de ello, en lo mas profundo del corazón podrido, albergaba la duda irracional de si el corazon de su mujer estaba vivo... esta duda lo mataba,lo aprisionaba a un enfermizo martirio.

Ambos ,como en el resto del año, despertaban en su respectivo lado de la cama, esperando ver al otro muerto; a su edad, no habia ya temor de quedarse solo, daba lo mismo, desde que supieron que no habia amor entre ellos, no importaba tener al otro a lado. Escribian en secreto discursos funebres y soñaban con leerlo ante dolientes todos de negro, mientras un sentimiento de burla los invadiera en lo profundo y falsas lagrimas discurrieran por sus agrietadas mejillas. A veces era al reves y cada uno en lo mas íntimo deseaba no despertar, irse lejos con Morfeo, todo con tal de no ver el rostro sin expresion del vecino de almohada.

Una noche de aquellas sin sueño, Facundo pregunto a su mujer que sabia no estaba dormida: por que no te mueres? y ella sin ningun asomo de asombro en la voz respondió: porque no puedo...

A la mañana siguiente Facundo amanecio completamente muerto.

3 comentarios:

  1. Ayyy mi estimado escritor Emo, sólo espero que no tengas una vida como la de Facundo; eso sí que sería una pena cholo.....tienes que convertirte en un integrante de la PEA de 16 para que puedas bailar al ritmo de una de 15 jajajajaja

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  2. Ah, no puedes morirte, no? Pues me muero yo, en este instante...

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  3. cada vez me impresiona mas la manera en la que escribes, nada esta linda la historia...y la cancion de fondo aun mas...jajajaja

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