17 abr 2009

Dia de M

8:35 pm , me muero de frió, me duele el alma.

voy de un lado a otro, obviamente sin rumbo...
cigarrillos, dos boletos de micro y las ansias de un "noseque" me come las neuronas.

Todo es confuso , frio y oscuro, como si estuviera ebrio y desnudo en medio de un infierno de hielo...entonces parada frente a mi aparece como una visión celeste una combi, luego un profesor se sube a ella, es una "bronco" flanqueada por franjas rojas, verdes y negras , era la primera vez que veía una, todo se hizo mas evidente, recordé cada una de sus palabras nerviosamente culpables y sin pensarlo mucho, que es como siempre hago las cosas inocentes, subo sentándome al medio de la destartalada y maloliente lata con ruedas, junto a la ventana como me gusta con el pasadizo entre mi ex-catedrático y yo.

De inmediato mi brazo se puso frio, duro, ya no era mio, pensé que era tensión, o un pre infarto, pero nada me preparó a lo que inusitadamente sucedería. Pagué con una moneda de un sol, le dije que bajaba en Canadá al cobrador mientras ponía cara de "que esperas?" para evitar enseñar el carné universitario, recibí mi boleto con un caballo en azul de imprenta estampado... y entonces la locura se adueñó de mi puño; le di un golpe sin motivo en la cara al que fue mi profesor, el inquirío sorprendido: que te pasa Quevedo estas loco? mientras se sobaba la cara a la altura del pómulo izquierdo... le respondí sin hacer gesto alguno, con cierto eco de rabia mezclada con cacha: a ti que chucha te importa?!... la radio estaba a todo volumen mas se escuchaba lejana , lejanisima, desde otra galaxia... segun creo, habia bulla, todos en la combi lo sabían, pero aun asi todo estaba en silencio, ignoralo era imposible ya.

El cobrador me invitó a bajar muy educadamente, seguramente mi cara desencajada lo hizo medir las palabras que usó, asi como se hace con los orates, yo le dije que me bajaría en Canadá y no antes, me senté al fondo después de hacer un amago de bajar, pronto estaba ya en la avenida, me bajé, busqué lo que había imaginado en aquel paradero de Santa Anita unos 15 minutos antes,la calle ya no estaba fria,el golpe me sacó de esa Patagonia, y Canadá sse sentia como fuego hirviendo desde mi mano hasta el corazón, tres cuadras y llegué al local de la locomotora por anuncio, y en realidad , después de este viaje en combi(una verdadera loco-motora) y de probar lo que pobremente alcanzó con 10 soles diré que no son muy buenos esos sanguchones, trato de imaginarlo aun, pero así hubieras estado ahí,creo que para mí seguirían siendo regulares.

3 comentarios:

  1. Nooooo, me gustó más la primera versión. Esta versión ha sido redactada por el pavo y no por el orate que le pegó al profe. :(

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  2. ya no te conozco! en quien te haz convertido?

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  3. jaja y te fuiste por el sanguchon, tu no puedes con tu genio! que feo, que arrebato!

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